Vamos a admitirlo: nos compramos un mac porqué nos gusta su diseño.
Ya de por sí, el dock por defecto es extraordinario, pero para sentir nuestro Mac como realmente nuestro le tenemos que dar nuestra pincelada de creatividad.
Pero, ¿para que pararse cambiando el wallpaper pudiendo cambiar el aspecto del dock entero?

Mac es personalización y en esa línea he trabajado todo el día, para llegar a tener un dock que supure estilo por cada píxel que lo conforma. Esta es mi propuesta: Iconos minimalistas y sobrios para las aplicaciones, combinados con carpetas con textura aterciopelada en un fundido de blancos y negros. Para la barra del dock he elegido una textura de cristal ahumado reflejante.
Por último el wallpaper es un tributo a Snow Leopard, también en blanco y negro y resaltando los ojos azules como mota de color.

Así es mi dock... o al menos de momento :P