Antes de nada: ¡disculpas!
Sé que han pasado unos cuantos días desde mi ultima entrada, pero la verdad es que ha sido una semanita bastante movida. Mejor dicho, ha sido una semanita de bastantes movidas. Realmente, no he tenido mucho tiempo para hablar con vosotros.

"Realmente", me alegro que haya salido.
Parece ser que esta coletilla se ha puesto de moda en el grupo. Siendo así, espero realmente que me sepáis perdonar si realmente alguna vez se me escapa esta palabra en algunos de mis textos, pues realmente voy a intentar que no se repita de forma realmente excesiva, realmente.

Después de esta (algo más larga de lo que esperaba) introducción, vamos a comentar el tema que le ha puesto nombre a la entrada.

En efecto: 13. "Trece, ¿qué?" pueden preguntar algunos, ¿acaso no es evidente?
A quien se haga esta pregunta (espero que nadie) ya puede ir corriendo a coger un calendario, y buscar el fatídico numero negro que no vaticina un futuro de diferente color.
¡Exacto! Dentro de 13, es decir, día 14 de Septiembre empiezan las clases.
Atrás quedaron ya esos despreocupados días de Junio, donde con dos hojas de calendario por delante, parecía que el verano nunca iba a acabar.
Sin embargo, el tiempo es inexorable. Y aquí nos encontramos agonizando en nuestros últimos días de vacaciones, con la vista puesta en un pasado luminoso pero que poco a poco los densos nubarrones de la responsabilidad, lo van oscureciendo.

Mi respuesta es no.
13 días, 2 semanas, medio mes.
Es demasiado tiempo. Demasiado como para derrocharlo pensando en lo poco que nos queda para volver a la dura vida académica, aun mucho que hacer, mucho que vivir y mucho que disfrutar.
¿Os queda algo pendiente por hacer? ¿Quizás aquella actividad que se ha ido posponiendo a lo largo del verano? Este es el momento.
Id al cine, a la playa, disfrutad con plenitud del día, y de la noche, ¡lo que sea y donde sea! ¡Ya habrá tiempo para quedarse recluido en casa!

Quedan 13 días, y son todos nuestros.